Me llamo Eusebio Gálvez aunque todos los que me conocen me llaman Chiqui.
Tengo 48 años y hace nueve (29 de marzo del 2005) me diagnosticaron
Esclerosis Múltiple aunque los síntomas, llevaba sufriéndolos cinco años antes
por lo que puedo decir que llevo aproximadamente 14 años de enfermedad.
Dicen que el mejor médico es uno mismo y en mi caso creo que es verdad.
Durante estos catorce años he aprendido a vivir con la cruz que me ha tocado y
buscando sin descanso y concienzudamente la forma de tener una calidad de vida
que me permitiera poder seguir con mí trabajo y depender de mi mismo en los
años que Dios me diera de vida.
Morir es ley de vida, cuando nacemos lo que tenemos seguro es que vamos a
morir, aquí no se queda nadie, ahora bien, para mí lo importante es el cómo
vivir porque el fin le conocemos.
Lo primero a lo que me tuve que enfrentar nada más conocer el diagnóstico
fue a asumir el veredicto del neurólogo que me dictó sentencia. Después de la
noticia y si quieres buscar soluciones lo primero que hay que hacer es asumir
lo que tienes, enterarte de las consecuencias, cual va ha ser tu vida a partir
de ese momento y analizar las opciones que te da tu médico.
Aquí viene el primer problema, opciones pocas, prácticamente nulas pero esto
es algo que uno se irá dando cuenta según va pasando el tiempo.
Los que padecemos esta "caprichosa" enfermedad nos damos
cuenta que para los médicos también lo es, dan palos de ciego, no por ser malos
sino por desconocimiento, vamos se podría decir que están más perdidos que un
pulpo en un garaje.
La neurología es una ciencia que le queda mucho camino por recorrer y esto
no es una crítica a los médicos, hacen lo que pueden, pero algunos no son
capaces de reconocer lo poco que saben.
En honor a la verdad debo decir que el primer neurólogo que me vio y que me
diagnosticó la enfermedad, el Doctor Varela de Seijas, guardo muy buen recuerdo
de él, desde el primer momento me hizo ver las dificultades que tenía esta
enfermedad, de hecho fue él quien la denominó como caprichosa por el único
motivo que nunca se sabía por dónde iba a salir. Fue honesto, cauto, humilde
(raro en este colectivo) y muy sincero. Desde el primer momento reconoció las
limitaciones que tenía la medicina para tratar la E.M. y fue él quien me
aconsejó buscar una segunda opinión. Y aquí viene el segundo problema y a su
vez el más cruel.
Por medio de un allegado muy querido tuve la oportunidad de concertar una
cita con uno de los neurólogos más prestigiosos no solo de nuestro país sino de
toda Europa, el Doctor Javier Montalván en Barcelona.
Bueno, parecía que las cosas iban a mejorar, iba a estar en las mejores
manos y todo se iba a solucionar, pues no fue así, más bien todo lo contrario.
Un inolvidable 4 de julio de 2005 nos presentamos en la consulta del afamado
neurólogo, en el hospital Valle de Hebrón sito en la ciudad de Barcelona. La
primera en la frente, el Doctor estaba ocupado y me atendería su equipo, bueno,
no pasa nada, digo yo que el equipo también será muy bueno, de no ser así no
estarían trabajando con él.
La consulta duró aproximadamente tres cuartos de hora y las conclusiones no
pudieron ser más dramáticas. Qué verdad es que cuando las noticias son malas
Dios te pone un tupido velo para que no te enteres del alcance real de la
situación pero menos mal que mi mujer venía conmigo y ella si se enteró.
Resumiendo, después de alzar la resonancia hacia la luz, el médico dictaminó
en menos de tres segundos que mí esclerosis era la progresiva ????? Rápido el
médico, alarde de profesionalidad incalculable.
Por regla general los médicos suelen poner calificativos rimbombantes para
parecer que controlan cantidad y la realidad es que esas etiquetas lo único que
indican es que no tienen ni idea, como más tarde descubriría.
La explicación médica que nos dio mi amigo el veloz fue de "colocón"
- Primero vendrán las muletas, posteriormente la silla de ruedas, perderá la
vista, luego la cama y finalmente entrará en coma.
A la pregunta de mi mujer que ¿de cuánto estamos hablando? (refiriéndose
al tiempo que me restaba de vida)
- Diez años. (Gracias a Dios yo me encontraba en el limbo con mi tupido
velo)
Sigo andando, no llevo muletas, la silla de ruedas la vendí, trabajo de
comercial ......, eso sí, según el incompetente e irresponsable médico que en
un tiempo fugaz analizó pormenorizadamente el estado de mi enfermedad, me queda
un año de vida. ¡¡¡¡¡ Pedazo de ojo clínico !!!!!!
"Sin
comentarios"
En próximas entregas iré contando como he vivido dignamente con soluciones
alternativas.
Eres un Crack!!!!!
ResponderEliminarHola Eusebio: voy revisando en la medida que me es posible, todos y cada unos de los artículos que tienes publicados en tu bloc. Comentarios??? todos los posibles y mas, pero te los iré haciendo uno por uno y en cada uno de ellos.
ResponderEliminarTan solo decirte: Olé a tus Santos Patrones. Yo personalmente Brindo por tu recuperación y el restablecimiento de tu Salud.
Que mi mas que entrañable abrazo, te acompañe siempre
Frances Mares